La Vecina
Una hermosa venezolana caminaba por las calles de Lima cuando un desconocido se acercó a ella con la excusa de preguntarle la hora. Al notar que parecía perdida, él se ofreció a ayudarla y le dio indicaciones, revelando que vivían en el mismo edificio. Con una sonrisa, le sugirió que pasara por su departamento para conocerse mejor, lo que hizo que la curiosidad de ella despertara.
Una vez en su hogar, él le ofreció un vaso de agua para mitigar el calor y así comenzar una conversación. Mientras charlaban, él le preguntó a qué se dedicaba, y ella, con una mezcla de confianza y coquetería, confesó que era modelo de lencería. Entonces, con un guiño, se bajó el pantalón para mostrarle su lencería, mientras él le decía que le quedaba espectacular.
La tensión entre ellos aumentó, y sin poder resistirse, él la besó, admirando su figura. La conexión entre ambos se volvió intensa, llevándolos a explorar más allá de las palabras. Así, en un instante de pasión compartida, se entregaron el uno al otro, comenzando una relación que prometía ser mucho más que una simple vecindad.